LEE el artículo publicado debajo de estas líneas y opina sobre este tema. En especial sobre si en efecto este tipo de lenguaje es el que hablan los chicos y chicas de tu edad en Miguelturra, en Pozuelo, en Ballesteros, en Ciudad Real. Si hay alguna palabra, giro o expresión que sea propia de esta zona, inclúyela en tu comentario. También estaría bien que incluyeras alguna reflexión sobre cómo los adultos de tu localidad reaccionan ante vuestro lenguaje y cómo crees tú que deberían reaccionar. (Ten en cuenta que este artículo habla del lenguaje de algún país sudamericano, por lo que encontrarás palabras, giros o expresiones que aquí no se utilizan. Procura entonces fijarte en las que comparten con el lenguaje juvenil de España).
EL LENGUAJE DE LOS ADOLESCENTES (publicado en www.todo.com)
EL LENGUAJE DE LOS ADOLESCENTES (publicado en www.todo.com)
El lenguaje de los adolescentes es y ha sido peculiar. No solo los del siglo XXI hablan de manera diferente a los adultos de su época. En todos los períodos de la historia, los jóvenes se expresaron de una forma distinta de la del grupo de edad al que no pertenecen.
¿Cómo se explica este fenómeno?
Los jóvenes quieren distinguirse de los adultos. En la forma de proceder, en la de vestirse, en las costumbres y, sobre todo, en el lenguaje. Si logran que este, que es el medio de comunicación por excelencia, sea comprendido solo por sus padres, actuará como la gran barrera que lo separa de los mayores. Ese idioma tan particular que manejan no se aprende en ningún curso. No existe hasta que ellos mismos lo crean y esa creación, que se hace de a poco y se trasmite con gran rapidez, es fruto de sus reuniones, de sus conversaciones, de los momentos que comparten. No hay un propósito consciente de valerse de un idioma extraño, no existen reglas que lo rijan, ni interés alguno en que las haya. Al contrario, cuanto más diferente sea la palabra de la que usan los demás sectores de la población, mejor. En nuestro país, alrededor de un 16% de los habitantes se sitúa entre los 15 y los 21 años y utilizan ese tipo de lenguaje. Un lenguaje que los adultos decimos no comprender, lo que, en muchos ocasiones, no es cierto, ya que, aunque no lo usemos, nos adaptamos con facilidad a él y, en ciertos casos, alguna palabra o expresión ingresa al nuestro. Un lenguaje muy perecedero, que durará solo un tiempo y que, raramente, pasará a integrar el diccionario y el vocabulario de las personas cultas del país. Un lenguaje, diferente al que manejamos cuando fuimos adolescentes, lo que no significa que, como tales, no hayamos tenido nuestra forma especial de comunicarnos. ¿Quién no recuerda: "hacerse la rabona, tener ratones, ser un disco rayado, hacerse papilla, dar vuelta como una media, ir a un asalto, pagar a escote, dar como dentro de un gorro…"? Pero, a pesar de todas sus contras, un lenguaje pegadizo, al que intentamos no dejar entrar en el nuestro. No todos los adolescentes de un país utilizan los mismos códigos para comunicarse. Así como las diferencias culturales se dan entre los adultos, también se evidencian entre los jóvenes. Los que pertenecen a un buen nivel cultural se expresan de determinada forma y se comprenden; los que provienen de niveles sociales con menos educación utilizan una jerga diferente y también se comunican. Lo que, probablemente, no suceda es que ambos grupos se entiendan entre sí, a pesar de ser de una misma edad. También se establecen diferencias entre el habla de los jóvenes de la capital y la de los del campo. Este idioma tan particular se da, sobre todo, en el habla. Cuando el joven se enfrenta con una hoja y se ve obligado a escribir (un examen, una prueba, una carta) se adapta, casi sin pensarlo, a la lengua estándar, a la que hablan los demás, a la que sabe que la sociedad acepta. Si la comunicación escrita está dirigida a uno de sus compañeros o si utiliza el correo electrónico para hacerla, se valdrá de su lenguaje y las reglas ortográficas no serán tenidas en cuenta. Aparecerán símbolos (la computadora ofrece una enorme gama), grafías extrañas que intentan reproducir lo que en el habla se da con naturalidad. Sin embargo, cuando dialoga con sus congéneres, utiliza las palabras inventadas, las muletillas, los gestos, los tics…todo lo que lo acerca y lo estrecha a su grupo. Aún más original e incomprensible es su lenguaje telefónico o el que se refiere a los términos de la computación.
¿Cuáles son las características predominantes del lenguaje adolescente?Muchas e inabarcables. Trataremos las más comunes. Por otra parte, es probable que no todos los jóvenes se valgan de los términos que seleccionamos; posiblemente, también, algunos les den un significado diferente al que hemos elegido. La vía de transmisión de este lenguaje es oral, no queda fija y se presta a diferentes interpretaciones. Resulta difícil llevarlo a la forma escrita porque, en general, ellos no lo hacen y juegan, en la conversación, con los tonos, las acentuaciones marcadas, la repetición de letras. Tal vez, muchos adolescentes no tengan idea de cómo escribir determinado término, en especial, los que provienen de otros idiomas. Intentaremos reproducir en forma gráfica las diferentes expresiones. En algunos casos, si nos resulta posible, marcaremos la especial pronunciación que de ellas hacen.
Acortamiento de palabras"Doc" (doctor o doctora), "profe" (profesor o profesora), "dire" (director o directora), "cole" (colegio), "facu" (facultad) … Hay poca originalidad en este hecho, que los adultos también realizamos. Muchos de los vocablos que usamos en la actualidad y que figuran en el diccionario son achicamientos de palabras largas: cine (cinematógrafo), foto (fotografía), subte (subterráneo), tele (televisión).
Uso del prefijo "re""Relindo, rebueno, rebobo…" "Re" es un antiguo prefijo, que existe en la lengua común, pero, por lo general, indica repetición: "releer, reactivar, recomponer". Para los jóvenes, no significa lo mismo. Podría compararse con "muy, excesivamente", pero, de ninguna forma con la idea de repetición.
Cambio de significado de palabras que existen en el idioma"Obvio, loco, copar, salado, alevoso, valor…""Obvio", para el Diccionario, "que se encuentra delante de los ojos"; para los jóvenes, una muletilla (que utilizan una y otra vez) y que quiere decir "por supuesto, seguramente". Se acerca al verdadero significado del vocablo, pero hay, siempre, en ella, un cierto tono despectivo, que implica que no era necesario hacer determinada pregunta, determinado comentario. Por otra parte, marcan en la pronunciación, en forma excesiva, la "b" para resaltar lo inútil de la intervención del interlocutor. "Loco", para el Diccionario, "que ha perdido la razón"; para los jóvenes, un llamado para un compañero, para un conocido, para cualquier persona con la que tengan determinado grado de confianza. "Copar", para el Diccionario,"hacer, en los juegos de azar, una puesta equivalente a todo el dinero con que responde la banca"; para los jóvenes, "gustar, satisfacer, dejar impactados". Los "copa" una canción, un conjunto musical, una comida, una actitud… De " copar" derivan otras, como "copado, copante, recopado. "Salado", para el Diccionario , "que tiene excesiva sal" y, como propio de la Argentina y del Uruguay, "muy costoso"; para los jóvenes, difícil, desubicado. "Alevoso", para el Diccionario," traicionero, pérfido"; para los jóvenes, exagerado, por gusto, con intención, evidente. "Valor", para el Diccionario,"aprecio, estimación"; para los jóvenes, amigo, compañero. Son solo seis ejemplos de una lista, que cualquier lector sabe que es mucho más extensa.
Expresiones completamente originales"Está de más", escrita, a veces, de+ (excelente, muy bueno, perfecto), "está mortal" (óptimo, maravilloso), "está de la nuca" (loco, demente), "está infumable" (insoportable, inaguantable). Todas las palabras que forman estos conjuntos son, individualmente, de uso, más o menos corriente. Difiere el significado que adquieren en la expresión.
Palabras inventadas
"Chabón", importada de la Argentina, (pibe, muchacho), "cheto" (con plata, engreído), "concheto" (quiere parecer "cheto", pero no lo es), "bardo" (desordenado), "repolenta" (muy bueno), "zarpado" (desubicado), "porfi" (por favor).
Expresiones verbales, a veces, inventadas; otras, con significado diferente al real
"No pintar" (no pasar), "achicar" (esperar), "fuiste"o "ya fue" (no tiene arreglo, no tiene solución), "marchaste" (perdiste, no hay más posibilidades), "cabe o no cabe" (estar o no de acuerdo), "aguantar" (dar estímulo), "pelarse como un ajo" (irse rápido), "habilitar con unos mangos" (pedir dinero), "pegar un fonazo" (llamar por teléfono), "ir a un toque" (asistir a un recital, a un concierto), "irse al toque" (abandonar un lugar de manera apresurada). Las dos últimas son prácticamente iguales en la forma. Sin embargo, nada tienen que ver en cuanto al significado. Algunas de estas expresiones se cuelan en el lenguaje de los adultos: "aguante", en el del deporte, sea cual sea la edad de quien lo usa; "ya fue" con el agregado de "como dicen los chicos" (que es una forma de deslindar responsabilidades), en el idioma de las personas cultas del país.
Expresiones copiadas del inglés"Man o men", sin distinción para el singular y el plural (muchacho, chico), "fashion" o "refashion" (elegante, fantástico, genial, impresionante, pronunciada de una manera muy particular, en la que la "i" casi desaparece), "sorry" (pronunciada con "r", sori, perdón, disculpas), "estar out" (pronunciada "aut", distraído, en otra cosa), "a full" (con intensidad, con esfuerzo), "estar cool" (pronunciada "cul", estar muy bueno). En cuanto a la ortografía de estas palabras, hay que hacer determinadas precisiones. En primer lugar, es raro que algún adolescente se valga de ellas por escrito; por lo tanto, no se les plantea el problema de cómo se escriben. En segundo lugar, y en caso de darse la ocasión, la grafía dependerá del grado de conocimiento que, del otro idioma, tenga el joven. La forma que elegimos en el texto corresponde al inglés, pero, posiblemente algunos adolescentes no reconozcan esas palabras como las que utilizan en su hablar corrriente.
Palabras que usan con doble función: como insulto y como elogioLa más común es "hijo de p…". Si se enojan con alguien, lo insultan de esa forma; pero, también se valen de la expresión como alabanza. ¡Si me seguís molestando, te rompo la cara, hijo de p…! ¡Qué bien canta el hijo de p…!
Hay otra serie de vocablos y expresiones, que entran a nuestra lengua por intermedio de los medios de comunicación, especialmente, la T.V. argentina. En la mayoría de los casos, corresponden a un lenguaje ordinario, grosero, soez. Parece inútil dedicarse a ellas, porque esas sí es necesario combatirlas. Las otras, que solo son el fruto de una determinada edad, de una manera particular de encarar la vida, no resultan peligrosas para el lenguaje. Así como llegan, desaparecen y, en cierto modo, marcan las particularidades de los hablantes jóvenes de una época.
¿Qué actitud tomamos los adultos ante esa forma particular de expresión?
Tendemos a combatirla, a mostrar desagrado, a dejar sentado que no podemos comprenderla. Eso es lo que busca, tal vez inconscientemente, el joven. Que su lenguaje asombre por lo creativo, por lo diferente. En el enfrentamiento diario que, por cualquier causa, tiene con los adultos, el lenguaje se convierte en otro motivo de discusión. Nada hará por modificarlo. Es más, repetirá una y otra vez lo que sabe que causa molestia y tratará de ampliar su repertorio.
¿Qué actitud tendríamos que tomar los adultos?Mostrar una cierta indeferencia y tener presente que, también nosotros fuimos adolescentes Eso no significa, de ninguna manera, tolerar el idioma grosero. Si los mayores nos expresamos con corrección, los jóvenes captarán esa forma de lenguaje y serán capaces de recurrir a ella, cuando las circunstancias así lo requieran. Lo que, de ninguna forma debemos hacer, con el afán de acercarnos a los adolescentes, es usar, en nuestra forma de expresarnos, términos que pertenecen a su lenguaje y del cual son, excesivamente celosos.
¿Cómo se explica este fenómeno?
Los jóvenes quieren distinguirse de los adultos. En la forma de proceder, en la de vestirse, en las costumbres y, sobre todo, en el lenguaje. Si logran que este, que es el medio de comunicación por excelencia, sea comprendido solo por sus padres, actuará como la gran barrera que lo separa de los mayores. Ese idioma tan particular que manejan no se aprende en ningún curso. No existe hasta que ellos mismos lo crean y esa creación, que se hace de a poco y se trasmite con gran rapidez, es fruto de sus reuniones, de sus conversaciones, de los momentos que comparten. No hay un propósito consciente de valerse de un idioma extraño, no existen reglas que lo rijan, ni interés alguno en que las haya. Al contrario, cuanto más diferente sea la palabra de la que usan los demás sectores de la población, mejor. En nuestro país, alrededor de un 16% de los habitantes se sitúa entre los 15 y los 21 años y utilizan ese tipo de lenguaje. Un lenguaje que los adultos decimos no comprender, lo que, en muchos ocasiones, no es cierto, ya que, aunque no lo usemos, nos adaptamos con facilidad a él y, en ciertos casos, alguna palabra o expresión ingresa al nuestro. Un lenguaje muy perecedero, que durará solo un tiempo y que, raramente, pasará a integrar el diccionario y el vocabulario de las personas cultas del país. Un lenguaje, diferente al que manejamos cuando fuimos adolescentes, lo que no significa que, como tales, no hayamos tenido nuestra forma especial de comunicarnos. ¿Quién no recuerda: "hacerse la rabona, tener ratones, ser un disco rayado, hacerse papilla, dar vuelta como una media, ir a un asalto, pagar a escote, dar como dentro de un gorro…"? Pero, a pesar de todas sus contras, un lenguaje pegadizo, al que intentamos no dejar entrar en el nuestro. No todos los adolescentes de un país utilizan los mismos códigos para comunicarse. Así como las diferencias culturales se dan entre los adultos, también se evidencian entre los jóvenes. Los que pertenecen a un buen nivel cultural se expresan de determinada forma y se comprenden; los que provienen de niveles sociales con menos educación utilizan una jerga diferente y también se comunican. Lo que, probablemente, no suceda es que ambos grupos se entiendan entre sí, a pesar de ser de una misma edad. También se establecen diferencias entre el habla de los jóvenes de la capital y la de los del campo. Este idioma tan particular se da, sobre todo, en el habla. Cuando el joven se enfrenta con una hoja y se ve obligado a escribir (un examen, una prueba, una carta) se adapta, casi sin pensarlo, a la lengua estándar, a la que hablan los demás, a la que sabe que la sociedad acepta. Si la comunicación escrita está dirigida a uno de sus compañeros o si utiliza el correo electrónico para hacerla, se valdrá de su lenguaje y las reglas ortográficas no serán tenidas en cuenta. Aparecerán símbolos (la computadora ofrece una enorme gama), grafías extrañas que intentan reproducir lo que en el habla se da con naturalidad. Sin embargo, cuando dialoga con sus congéneres, utiliza las palabras inventadas, las muletillas, los gestos, los tics…todo lo que lo acerca y lo estrecha a su grupo. Aún más original e incomprensible es su lenguaje telefónico o el que se refiere a los términos de la computación.
¿Cuáles son las características predominantes del lenguaje adolescente?Muchas e inabarcables. Trataremos las más comunes. Por otra parte, es probable que no todos los jóvenes se valgan de los términos que seleccionamos; posiblemente, también, algunos les den un significado diferente al que hemos elegido. La vía de transmisión de este lenguaje es oral, no queda fija y se presta a diferentes interpretaciones. Resulta difícil llevarlo a la forma escrita porque, en general, ellos no lo hacen y juegan, en la conversación, con los tonos, las acentuaciones marcadas, la repetición de letras. Tal vez, muchos adolescentes no tengan idea de cómo escribir determinado término, en especial, los que provienen de otros idiomas. Intentaremos reproducir en forma gráfica las diferentes expresiones. En algunos casos, si nos resulta posible, marcaremos la especial pronunciación que de ellas hacen.
Acortamiento de palabras"Doc" (doctor o doctora), "profe" (profesor o profesora), "dire" (director o directora), "cole" (colegio), "facu" (facultad) … Hay poca originalidad en este hecho, que los adultos también realizamos. Muchos de los vocablos que usamos en la actualidad y que figuran en el diccionario son achicamientos de palabras largas: cine (cinematógrafo), foto (fotografía), subte (subterráneo), tele (televisión).
Uso del prefijo "re""Relindo, rebueno, rebobo…" "Re" es un antiguo prefijo, que existe en la lengua común, pero, por lo general, indica repetición: "releer, reactivar, recomponer". Para los jóvenes, no significa lo mismo. Podría compararse con "muy, excesivamente", pero, de ninguna forma con la idea de repetición.
Cambio de significado de palabras que existen en el idioma"Obvio, loco, copar, salado, alevoso, valor…""Obvio", para el Diccionario, "que se encuentra delante de los ojos"; para los jóvenes, una muletilla (que utilizan una y otra vez) y que quiere decir "por supuesto, seguramente". Se acerca al verdadero significado del vocablo, pero hay, siempre, en ella, un cierto tono despectivo, que implica que no era necesario hacer determinada pregunta, determinado comentario. Por otra parte, marcan en la pronunciación, en forma excesiva, la "b" para resaltar lo inútil de la intervención del interlocutor. "Loco", para el Diccionario, "que ha perdido la razón"; para los jóvenes, un llamado para un compañero, para un conocido, para cualquier persona con la que tengan determinado grado de confianza. "Copar", para el Diccionario,"hacer, en los juegos de azar, una puesta equivalente a todo el dinero con que responde la banca"; para los jóvenes, "gustar, satisfacer, dejar impactados". Los "copa" una canción, un conjunto musical, una comida, una actitud… De " copar" derivan otras, como "copado, copante, recopado. "Salado", para el Diccionario , "que tiene excesiva sal" y, como propio de la Argentina y del Uruguay, "muy costoso"; para los jóvenes, difícil, desubicado. "Alevoso", para el Diccionario," traicionero, pérfido"; para los jóvenes, exagerado, por gusto, con intención, evidente. "Valor", para el Diccionario,"aprecio, estimación"; para los jóvenes, amigo, compañero. Son solo seis ejemplos de una lista, que cualquier lector sabe que es mucho más extensa.
Expresiones completamente originales"Está de más", escrita, a veces, de+ (excelente, muy bueno, perfecto), "está mortal" (óptimo, maravilloso), "está de la nuca" (loco, demente), "está infumable" (insoportable, inaguantable). Todas las palabras que forman estos conjuntos son, individualmente, de uso, más o menos corriente. Difiere el significado que adquieren en la expresión.
Palabras inventadas
"Chabón", importada de la Argentina, (pibe, muchacho), "cheto" (con plata, engreído), "concheto" (quiere parecer "cheto", pero no lo es), "bardo" (desordenado), "repolenta" (muy bueno), "zarpado" (desubicado), "porfi" (por favor).
Expresiones verbales, a veces, inventadas; otras, con significado diferente al real
"No pintar" (no pasar), "achicar" (esperar), "fuiste"o "ya fue" (no tiene arreglo, no tiene solución), "marchaste" (perdiste, no hay más posibilidades), "cabe o no cabe" (estar o no de acuerdo), "aguantar" (dar estímulo), "pelarse como un ajo" (irse rápido), "habilitar con unos mangos" (pedir dinero), "pegar un fonazo" (llamar por teléfono), "ir a un toque" (asistir a un recital, a un concierto), "irse al toque" (abandonar un lugar de manera apresurada). Las dos últimas son prácticamente iguales en la forma. Sin embargo, nada tienen que ver en cuanto al significado. Algunas de estas expresiones se cuelan en el lenguaje de los adultos: "aguante", en el del deporte, sea cual sea la edad de quien lo usa; "ya fue" con el agregado de "como dicen los chicos" (que es una forma de deslindar responsabilidades), en el idioma de las personas cultas del país.
Expresiones copiadas del inglés"Man o men", sin distinción para el singular y el plural (muchacho, chico), "fashion" o "refashion" (elegante, fantástico, genial, impresionante, pronunciada de una manera muy particular, en la que la "i" casi desaparece), "sorry" (pronunciada con "r", sori, perdón, disculpas), "estar out" (pronunciada "aut", distraído, en otra cosa), "a full" (con intensidad, con esfuerzo), "estar cool" (pronunciada "cul", estar muy bueno). En cuanto a la ortografía de estas palabras, hay que hacer determinadas precisiones. En primer lugar, es raro que algún adolescente se valga de ellas por escrito; por lo tanto, no se les plantea el problema de cómo se escriben. En segundo lugar, y en caso de darse la ocasión, la grafía dependerá del grado de conocimiento que, del otro idioma, tenga el joven. La forma que elegimos en el texto corresponde al inglés, pero, posiblemente algunos adolescentes no reconozcan esas palabras como las que utilizan en su hablar corrriente.
Palabras que usan con doble función: como insulto y como elogioLa más común es "hijo de p…". Si se enojan con alguien, lo insultan de esa forma; pero, también se valen de la expresión como alabanza. ¡Si me seguís molestando, te rompo la cara, hijo de p…! ¡Qué bien canta el hijo de p…!
Hay otra serie de vocablos y expresiones, que entran a nuestra lengua por intermedio de los medios de comunicación, especialmente, la T.V. argentina. En la mayoría de los casos, corresponden a un lenguaje ordinario, grosero, soez. Parece inútil dedicarse a ellas, porque esas sí es necesario combatirlas. Las otras, que solo son el fruto de una determinada edad, de una manera particular de encarar la vida, no resultan peligrosas para el lenguaje. Así como llegan, desaparecen y, en cierto modo, marcan las particularidades de los hablantes jóvenes de una época.
¿Qué actitud tomamos los adultos ante esa forma particular de expresión?
Tendemos a combatirla, a mostrar desagrado, a dejar sentado que no podemos comprenderla. Eso es lo que busca, tal vez inconscientemente, el joven. Que su lenguaje asombre por lo creativo, por lo diferente. En el enfrentamiento diario que, por cualquier causa, tiene con los adultos, el lenguaje se convierte en otro motivo de discusión. Nada hará por modificarlo. Es más, repetirá una y otra vez lo que sabe que causa molestia y tratará de ampliar su repertorio.
¿Qué actitud tendríamos que tomar los adultos?Mostrar una cierta indeferencia y tener presente que, también nosotros fuimos adolescentes Eso no significa, de ninguna manera, tolerar el idioma grosero. Si los mayores nos expresamos con corrección, los jóvenes captarán esa forma de lenguaje y serán capaces de recurrir a ella, cuando las circunstancias así lo requieran. Lo que, de ninguna forma debemos hacer, con el afán de acercarnos a los adolescentes, es usar, en nuestra forma de expresarnos, términos que pertenecen a su lenguaje y del cual son, excesivamente celosos.
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